Las Islas Cíes, joya del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, no solo deslumbran por sus playas paradisíacas y paisajes terrestres, sino también por su rica y variada flora submarina, un ecosistema clave para la biodiversidad marina y la salud de las aguas atlánticas que las rodean. Bajo la superficie cristalina se despliega un universo vegetal sumamente complejo, frágil y vital para el equilibrio del entorno marino.
Un ecosistema submarino de gran valor ecológico
Condiciones únicas que favorecen la biodiversidad
Las aguas que bañan las Islas Cíes están sometidas a un fenómeno oceanográfico denominado afloramiento costero, que provoca la subida de aguas profundas, frías y ricas en nutrientes hacia la superficie. Este fenómeno, combinado con la ausencia de contaminación, la presencia de fondos rocosos, arenosos y zonas intermareales, crea un hábitat excepcional para el desarrollo de comunidades vegetales marinas.
Estas condiciones hacen de las Islas Cíes uno de los entornos más biodiversos de la costa gallega, siendo refugio y criadero para una gran variedad de especies vegetales y animales que dependen directamente de esta cobertura submarina.
Principales tipos de flora submarina en las Islas Cíes
Algas pardas (Phaeophyceae)
Las algas pardas son uno de los grupos dominantes en los fondos rocosos someros de las Cíes. Entre las más representativas se encuentran:
- Laminaria ochroleuca: de gran tamaño, con frondas que pueden superar el metro de longitud. Forma auténticos bosques submarinos que sirven de hábitat y refugio para múltiples invertebrados y peces juveniles.
- Saccorhiza polyschides: conocida como “cola de burro”, coloniza fondos poco profundos expuestos al oleaje. Su estructura resistente proporciona protección a moluscos y crustáceos.
Estas especies cumplen una función clave en la oxigenación del agua, además de actuar como sumideros de carbono y barreras naturales frente a la erosión marina.
Algas rojas (Rhodophyta)
Las algas rojas crecen en zonas más profundas y con menor luz, aprovechando su capacidad para absorber distintas longitudes de onda. Destacan:
- Gelidium sesquipedale: utilizada comercialmente para la obtención de agar-agar. Crece en plataformas rocosas expuestas y tiene gran relevancia ecológica.
- Corallina officinalis: una alga calcárea que aporta rigidez al sustrato y forma estructuras similares a pequeños arrecifes, muy valiosos como refugio para pequeñas especies bentónicas.
La diversidad morfológica de este grupo favorece una gran heterogeneidad estructural en el ecosistema submarino, lo que incrementa su capacidad de albergar vida.
Algas verdes (Chlorophyta)
En zonas intermareales y fondos poco profundos se encuentran especies como:
- Ulva lactuca (lechuga de mar): muy común en fondos arenosos y rocosos, especialmente en áreas con abundante materia orgánica.
- Codium tomentosum: alga de textura esponjosa, muy valorada por su papel en el ciclo del nitrógeno y su capacidad para absorber contaminantes del entorno.
Aunque menos abundantes en términos de biomasa, las algas verdes son esenciales como indicadores biológicos del estado de las aguas.
Fanerógamas marinas: las praderas de Zostera
La Zostera marina, una planta superior que realiza fotosíntesis y florece bajo el agua, forma praderas submarinas en zonas resguardadas con sustrato arenoso. Estas praderas actúan como:
- Guarderías naturales para peces y cefalópodos.
- Estabilizadores del fondo marino, evitando la erosión.
- Filtradores biológicos, mejorando la calidad del agua.
La presencia de estas comunidades en las Cíes es un indicador del excelente estado de conservación del parque marino.
Importancia ecológica de la flora submarina
Producción primaria y base de la cadena alimentaria
La flora submarina es el primer eslabón de la cadena trófica marina. Las algas y fanerógamas realizan fotosíntesis, produciendo oxígeno y sirviendo de alimento directo o indirecto a decenas de especies de peces, moluscos y crustáceos. Esta capacidad de producción primaria sostiene una red alimentaria rica y compleja que se extiende desde los niveles más bajos hasta los depredadores tope, como los meros o los delfines.
Refugio y protección para especies en desarrollo
Las zonas cubiertas por algas densas o praderas de zostera son esenciales para el desarrollo de larvas y juveniles. Estas áreas actúan como espacios seguros ante la presencia de depredadores y permiten a los organismos jóvenes completar sus primeros ciclos vitales con mayores tasas de supervivencia.
Mitigación del cambio climático
La flora submarina desempeña un papel activo en la lucha contra el cambio climático mediante la captación y almacenamiento de carbono azul. Las algas y fanerógamas absorben CO₂ y lo fijan en sus estructuras y en los sedimentos, ayudando a reducir los efectos del calentamiento global.
Amenazas a la flora submarina de las Islas Cíes
Contaminación marina y eutrofización
Aunque las aguas del Parque Nacional se mantienen en buen estado, la entrada de nutrientes procedentes de la costa puede favorecer la proliferación de algas oportunistas que compiten con las especies autóctonas y desequilibran el ecosistema.
Aumento de temperaturas
El calentamiento del mar altera la distribución de muchas especies vegetales marinas, que pueden verse desplazadas o directamente desaparecer si se superan ciertos umbrales térmicos.
Presión turística
La actividad recreativa no regulada, como el fondeo de embarcaciones sobre fondos sensibles o el buceo irresponsable, puede dañar físicamente las estructuras vegetales, rompiendo frondas o removiendo los sustratos donde se fijan.
Medidas de conservación y monitorización científica
Zonificación y control de accesos
El Parque Nacional ha delimitado zonas sensibles donde se prohíbe el fondeo o el tránsito de embarcaciones, protegiendo así los hábitats submarinos más frágiles. Además, los accesos están regulados por cupos diarios, lo que limita la presión humana y permite una regeneración natural.
Seguimiento mediante estaciones submarinas
Científicos del parque realizan seguimientos periódicos mediante transectos submarinos, estaciones de fototrampeo y análisis genéticos, con el fin de detectar cambios en la composición y abundancia de la flora marina.
Educación ambiental y sensibilización
Se desarrollan campañas de concienciación tanto para turistas como para escolares, donde se explica la importancia de la flora submarina y se promueven prácticas respetuosas como el buceo responsable o el uso de boyas ecológicas.
Un patrimonio vivo bajo el mar
La flora submarina de las Islas Cíes es uno de los pilares fundamentales que sostiene la riqueza ecológica del Parque Nacional das Illas Atlánticas. Su biodiversidad, funciones ecológicas y belleza merecen ser conocidas, estudiadas y, sobre todo, protegidas. Solo a través del respeto y la conservación activa podremos garantizar que estas comunidades submarinas sigan siendo un refugio de vida para miles de especies y un tesoro biológico para las futuras generaciones.